Nada tan sencillo como una arepa: solo maíz cocido, molido y amasado. Cuando los extranjeros probamos por vez primera una arepa asi sola, nos parece simple, sin gracia. Pero una arepa recien asada, con mantequilla es una delicia para el paladar. La arepa funciona como lo hace el pan en otras culturas, es un elemento base. Sirve para acompañar las carnes, se puede migar en el caldo (que cosa tan sabrosa desayunar con un caldo al que se le migan arepas recien asadas), para acompañar el "perico" (huevos revueltos con cebolla larga y tomate) o los chorizos. La arepa es redonda como la pizza y se puede hacer de maíz blanco o de maiz amarillo. Es, como el maíz del que proviene, un alimento profundamente americano.
Hoy ya se pueden comprar en el supermercado listas para asar, pero en las casas de los campesino todavía se hace el proceso tradicional. Si bien el maíz generalmente se compra ya "pilado", es decir, sin el afrecho que lo envuelve, el cual torna muy dificil la cocción, todavía se cocina en fogón de leña, se muele, se amasa y se moldean esas tortas delgadas y redondas que son puestas sobre el carbón hasta quedar a punto. Ah encanto de una arepa con "algo" en la mañana, acompañada de un café claro, consumida en el corredor de una casa campesina de colonización de la ladera de los Andes, mientras una infinidad de pajaros cantan y las primeras luces permiten ver la zona plana del Valle del Cauca entre la neblina que se disipa. Esto es parte de esa colombia incognita, que por ser buena no aparece en los noticieros.
Jorge Alejandro Camacho
UN TEMA
viernes, 6 de noviembre de 2009
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